ROCINANTE

Como es bien sabido, Rocinante es el caballo de D. Quijote de la Mancha, el protagonista de la conocida obra de Miguel de Cervantes, y es fácil ver que la palabra “Rocinante” está formada por dos palabras, a saber, “rocín” que según dice textualmente el D.R.A.E. en sus dos primeras acepciones, que son las que nos interesan ahora, es un: “1. m. Caballo de mala traza, basto y de poca alzada” y “2. Caballo de trabajo, a distinción del de regalo”; y con esto ya tenemos el significado de la primera parte del nombre del ya citado caballo. Vayamos a la segunda parte del nombre, en que encontramos en el mismo diccionario que sobre la palabra “ante” dice en la cuarta acepción de la segunda entrada: “adv. desus. Antes (denota prioridad en el tiempo)”. Y así, para un lector común de la novela aludida, el significado de la palabra “rocinante” es que fue rocín, o sea, un “caballo de mala traza, basto y de poca alzada” o bien un “caballo de trabajo, a distinción del de regalo”, es decir que lo fue y si lo fue, es que, por viejo, ya no lo es; o, lo que es lo mismo que es un caballo de escasísimas condiciones y, por tanto de poco precio.

Pero (y sí, ya empezamos con los “pero”), ¿Por qué, a pesar de que el tal rocín que según se dice en el texto cervantino “tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela” D. Quijote, a quien le parece “que ni el Bucéfalo de Alejandro ni el Babieca el del Cid con él se igualaban”? Y esto es porque D. Quijote, como sabe quien haya leído el libro. vive en una realidad paralela y por eso pasa cuatro días “en imaginar qué nombre le pondría; porque –según se decía él a sí mismo– no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y así procuraba acomodársele de manera que declarase quién había sido antes que fuese de caballero andante y lo que era entonces; pues estaba muy puesto en razón que, mudando su señor estado, mudase él también el nombre. […] al fin le vino a llamar ‘Rocinante’ nombre a su parecer alto sonoro y significativo”.

O, dicho de otro modo, si, para cualquier lector, el nombre “Rocinante” hace referencia a un rocín que lo fue, y ya no lo es; para D. Quijote que, como hemos dicho, vive en una realidad paralela, por la misma razón y de la misma manera que él se ha convertido en caballero andante, su rocín se ha convertido en un poderoso caballo de guerra mejor que Bucéfalo o que Babieca.


Ernesto Belda y Tortosa
Valencia (España), 04 de marzo de 2021